A mediados del siglo XX, con el aumento del número de automóviles y la aceleración de la urbanización, la incidencia de accidentes de tráfico aumentó significativamente. Este fenómeno ha despertado una preocupación generalizada sobre la seguridad del tráfico en todo el mundo y los países se han dado cuenta de la urgente necesidad de desarrollar un sistema unificado de señales de tráfico para reducir los malentendidos y los accidentes causados por señales inconsistentes.
La firma de la Convención de Viena sobre el Tráfico Internacional por Carretera en 1968 fue un hito importante en este esfuerzo. La convención tiene como objetivo fortalecer la cooperación internacional en seguridad vial y desarrollar reglas de tránsito unificadas y estándares de señalización para mejorar la seguridad y eficiencia del uso de las carreteras. En este contexto, el señal de advertencia triangular fue reconocido oficialmente como una señal de advertencia, que simboliza una advertencia de peligro potencial. La convención estipula que la señal de advertencia triangular debe tener un borde rojo y una base blanca para garantizar una alta visibilidad en diversos entornos.
El concepto de diseño de la señal de advertencia triangular se basa en la respuesta de la psicología humana a los estímulos visuales. El rojo suele asociarse con advertencias y peligros, y la forma afilada del triángulo puede llamar rápidamente la atención. Este diseño garantiza que los conductores puedan identificar y responder rápidamente cuando se enfrentan a emergencias, reduciendo así eficazmente la tasa de accidentes.
La comunidad internacional también exige cada vez más la normalización de las señales de tráfico. La movilidad del tráfico está aumentando, lo que hace que los viajes transfronterizos sean más comunes. Para garantizar que los conductores de diferentes países puedan entender las señales de tráfico en carreteras extranjeras sin obstáculos, los estándares unificados para las señales de advertencia triangulares son particularmente importantes. A través de la estandarización, los conductores pueden adaptarse rápidamente a las carreteras de diferentes países, mejorando así la seguridad en la conducción.